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Rafael Sánchez Saus
¿Réquiem por Muface?
Sabemos que este otoño (y este invierno) vamos a pasar mucho tiempo en casa y que toca pensar alternativas de ocio para realizar en nuestro hogar. Después de habernos permitido vaguear con una sesión de peli, manta y sofá, es el momento de aprovechar el tiempo y dedicarlo a otras cuestiones que la prisa y el estrés de nuestro día a día no nos permiten. Por eso, estos días caseros pueden ser una buena ocasión para dedicarle tiempo a tu cuerpo y a tu mente con una buena sesión de belleza en casa.
Desde una buena limpieza facial, a una original manicura y pedicura, pasando por una sesión de exfoliación e hidratación para tu piel. Eso por no hablar de los cuidados capilares, que nunca llevas a cabo porque nunca tienes tiempo. Ahora no sólo dispones de mucho tiempo en casa, sino que, además, tu mente te pide que te dediques tiempo a ti misma, que pares, te relajes y te evadas de la realidad.
Aunque sólo sea durante el tiempo en el que convierte tu casa en un spa. Aprovecha tu tiempo libre para dedicártelo a ti en exclusiva y, mientras relajas tu mente y disfrutas del placer de mimar tu cuerpo, consigue resultados de salón de belleza sin salir de casa. Nosotras te proponemos cinco tratamientos de belleza para que disfrutes de una tarde de sábado y no pienses en otra cosa que en ti misma. ¿Con cuál te atreves?
La actividad metabólica de tu epidermis de la piel continúa y hay regeneración celular. En ese sentido, es aconsejable una buena exfoliación para eliminar las células muertas de tu piel para renovarla y conseguir una piel más fina y luminosa.
Se recomienda exfoliar, tanto el rostro como el cuerpo, al menos una vez en semana. Como se trata de una sesión de belleza casera, te proponemos que utilices productos que ya tienes en casa, como un guante de crin o un paño de tela fuerte algo fosca. Aunque también puedes hacerte tu propio exfoliante. Sólo necesitas azúcar, limón y miel. Haces una pasta con los tres ingredientes, frotas con ella rostro y cuerpo y lo retiras bajo la ducha (siempre con agua tibia). No hace falta aplicar crema a continuación porque la miel dejará la piel suave y nutrida.
Además de la exfoliación semanal, sigue limpiando a diario tu piel aunque no salgas a la calle ni te maquilles mañana y noche. No olvides hidratar tu piel en base a sus necesidades.
Sabemos de las virtudes de las mascarillas para las piel , sobre todo a la hora de combatir imperfecciones, darle luminosidad o conseguir un extra de hidratación. Ahora que tenemos tiempo, es nuestra oportunidad de darle a la piel todos los nutrientes que necesita. Nos la podemos poner cualquier día de la semana.
Puedes usar una mascarilla comercial y si no dispones de ella, puedes hacerte una mascarilla facial hidratante y otra purificante completamente caseras. Para la hidratante, mezcla medio pepino, dos cucharadas de avena, y el zumo de medio limón y una cucharada de miel. Para la mascarilla purificante mezcla dos cucharadas de bicarbonato, una cucharadita de canela y una cucharadita de miel.
Una de las consecuencias de quedarnos en casa demasiado tiempo es la falta de oxígeno y de luz solar puede mermar la hidratación de la piel y que ésta luzca apagada, sin luminosidad y con falta de tono. La ausencia de exposición a los rayos ultravioleta tiene muchas ventajas para la piel pero puede acarrear una disminución de la vitamina D y por tanto que la piel este opaca y pálida.
Puedes apostar por usar productos que combinen principios activos como la vitamina C, las células madre de azafrán y el ácido hialurónico para dar un extra de luminosidad para cara y cuerpo. Aunque nosotras te proponemos una una receta de mascarilla casera para conseguir una piel luminosa y sin manchas. Sólo necesitas una cucharada de zumo de limón, 2 cucharadas de miel, una ramita de perejil triturado y medio pepino. Mezclas los ingredientes, aplicas y dejas actuar 20 minutos. El resultado es una piel más luminosa y con buen tono.
Además, si quieres mejorar el tono de tu piel (la del cuerpo), sólo tienes que recurrir al aceite de argán, que puedes comprar en la farmacia. Sólo tienes que añadir unas gotas a la crema hidratante que emplees de manera habitual y aplicarla mediante un masaje con el fin de favorecer su absorción.
Prueba a aplicarlo después de un baño relajante y céntrate en las zonas conflictivas y más ásperas como codos y rodillas. Además de mantener tu piel nutrida, notarás que mejor su tonalidad, su aspecto en general y que, incluso tiene efecto reafirmante.
Sin duda, las manos y los pies son las zonas más olvidadas. En verano intentamos cuidar un poco esas zonas, pero una vez que llega el otoño, nos olvidamos por completo. Y más ahora, que nuestra vida social se ha reducido drásticamente.
Pero no hay dejar de prestarles atención, sobre todo ahora que nos lavamos las manos compulsivamente y que utilizamos en grandes cantidades gel hidroalcohólico. Además de lavarlas continuamente, hay que hidratarlas, al igual que los pies. Es aconsejable exfoliarlos y hacer una envoltura, también casera, por ejemplo con aceite de oliva.
Extiende con un masaje de dedos a tobillos y envuelve con una toalla limpia. Mantén de 10 a 30 minutos y aclara con agua tibia, nunca caliente. La piel, especialmente de talones, absorberá todas las vitaminas y minerales del aceite y quedará perfectamente nutrida e hidratada. Puedes hacerlo una vez a la semana, tanto en manos como en pies.
Ya hiciste tus pinitos como peluquera durante el confinamiento y aunque es una práctica que no recomendamos porque hay que ir a la peluquería, es probable que estos días te plantees darle un toque de color a tu cabello y hacerlo tú misma.
Si vas a teñirte el pelo en casa, debes comprar todo lo necesario para un tinte perfecto. Deberás tener a tu disposición todos los ingredientes y las herramientas necesarias a mano, toallas viejas, una camiseta que pueda estropearse, crema hidratante para cubrir todo el contorno de tu cabello (incluidas las orejas) evitando que se coloreen, guantes, brocha y bowl para hacer la mezcla y unas pinzas de pelo, para dividir tu cabello en secciones a la hora de teñir.
Elige el tinte correcto para tu base y prueba el tinte en un pequeño mechón para saber si te gusta. Si has acertado con el color, no dudes en aplicarlo siguiendo las recomendaciones de la marca del producto elegido.
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