Cazafantasmas

LA noche de Halloween alojó en el vestuario del Xerez un puñado de fantasmas. El cinco a cero frente al Granada hizo mucho más daño del que yo creía o al menos deseaba. Con una semana dura, tras la conjura dentro del vestuario para acabar con los malos espíritus, llegaba el partido frente al colista. Parecía el partido perfecto para sacrificar el alma del Recre a las fuerzas del mal y éstas abandonaran al Xerez. Pero visto lo visto, los fantasmas siguen en el vestuario y sobre todo en la cabeza de entrenador y jugadores.

El resultado de un partido, me comentó acertadamente uno de mis compañeros este año en la grada de Chapín, es principalmente una cuestión de estados anímicos a lo largo del partido. Emocionalmente, este equipo en estos momentos, según percibo, está marcado por la ansiedad y la desconfianza. Salió muy metido en el partido. Se presionaba, pero quizás un punto por encima de lo adecuado, parecían pasados de revoluciones. Especialmente era evidente en las jugadas a balón parado. De tan hiperactivo que se pretendía ser, se rozaba constantemente el error. Pero al menos había tensión. Si Javi López, al más puro estilo Mou, había dejado claro que -o compromiso o cruz que te crió- los jugadores han respondido con lucha y compromiso. Pero además siguen los fantasmas, la ansiedad y la desconfianza en la plantilla. Hay varios casos que podrían servir de ejemplo para demostrar esto que les digo. Quizás el más evidente es Rafa Barber. El centrocampista no da una a derecha pero, ¡ojo!, se parte la cara. Por cierto en la grada también está instalada la ansiedad, porque si no, es muy difícil entender que haya aficionados gritando ‘puto Barber’ antes de empezar el partido. Un jugador puede gustar más o menos, pero gritarle antes de empezar es ir contra los intereses del Xerez. Además en cualquier caso la responsabilidad de que juegue es del entrenador.

Javi López sigue afectado por los fantasmas. La alineación con Barber y Cordero reflejaba que optaba por evitar goles antes que intentar marcarlos. Eso trajo como consecuencia que no hubiese creatividad ni construcción de juego en medio campo. Mario Bermejo anulado por el sistema. Solo en punta, era bombardeado por su propio equipo a base de misiles tierra-aire. Imposible para el delantero. Para colmo de males, el árbitro resucitó al Recre y mató al Xerez con el penalti. Lo mejor de todo es que estamos mejor que la pasada semana en la clasificación. ¿A lo mejor en Segunda hay fantasmas repartidos por la mayoría de los equipos? Un diez para el Fondo Sur. En el minuto 84 muchos aficionados abandonaban el campo y allí se seguía animando.

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