Nuevo golpe de autoridad y líder en solitario (0-2)

Nuevo golpe de autoridad. El Xerez CD sigue firme y demostrando que se encuentra en un momento dulce. El Deportivo se ha impuesto por 0-2 al Pozoblanco, con goles de Diego Domínguez en la primera parte y de Reina en la segunda, en un gran partido a nivel defensivo, en el que además supo convertir sus ocasiones para no pasar apuros. Los azulinos siguen invictos e imbatidos tras ocho jornadas de liga y ha aprovechado el tropiezo del Ciudad de Lucena en La Palma para recuperar el liderato en solitario. El combinado xerecista manda en la tabla con 20 puntos, por los 17 del equipo de Rafa Carrillo y los 16 del Bollullos, que ahora es tercero.

Pero antes del alegrón, monumental enfado por parte de los seguidores del Xerez CD que no pudieron viajar a Pozoblanco con la retransmisión de WebDirecto. Ocho euros a cambio de nada. Imágenes captadas por un teléfono móvil, con sonido ambiente y sin narración. Tercemundista todo. Menos mal que los tres puntos ayudan a olvidarlo.

Checa, después del empate ante el Utrera y tras recuperar efectivos, pero perder a Adri Rodríguez por sanción, realizó variantes en casi todas las líneas. Santos conservó la titularidad aunque Isma Gil ya entró en la lista. Geovanni volvió al centro de la defensa junto a Juan Mari y Reina pasó a ocupar el plaza de Adri en la medular. Antonio Jesús también regresó y Armengol dejó su puesto a Diego Domínguez, que la pasada jornada no fue el referente.

Diego abre la lata

Tanto el Pozoblanco como el Deportivo arrancaron el partido con minutos de tanteo y sin demasiadas opciones, pero fueron los azulinos, en esta oportunidad de verde, los que acariciaron el gol. Una falta lateral la cabeceó por encima del larguero Diego Domínguez (18') y sólo seis minutos después el delantero no perdonó. El guardameta Dela no fue capaz de retener un disparo de Migue García y Domínguez cazó de forma perfecta para mandarlo dentro. 0-1. Minuto 24.

Los azulinos, seguros en defesa y tapando bien todos los espacios, frenaban las acometidas de un Pozoblanco voluntarioso, pero sin demasiado acierto a la hora de resolver. Y superada la media hora, un tiro de Iván Navarro desde la izquierda que se envenenó se marchó rozando la escuadra del portal de Dela.

Lesión de Migue García

En el 37', malas noticias para Checa, que tuvo que retirar del campo a Migue García, lesionado nuevamente. El capitán azulino dejó su plaza a Belizón. Nuevo contratiempo para el astigitano y para el equipo.

El Deportivo se mantenía firme y de un tiro de Abraham que tapó Del Río en un saque de esquina se pasó a una nueva oportunidad de oro para los xerecistas. Diego Domínguez, de cabeza y a bocajarro, no pudo batir a Dela, que tiró de reflejos para realizar un paradón. Los azulinos, otra vez cerca del 0-2.

De ahí, al final del primer tiempo, un cuadro local que lo intentaba a balón parado, especialmente con lanzamientos de esquina -hasta nueve tuvieron los locales en los primeros cuarenta y cinco minutos-, pero sin acierto. Los azulinos tampoco le daban demasiadas concesiones.

Golazo de Reina

El Xerez CD regresó al terreno de juego con las ideas claras y con una marcha más, buscando cerrar el partido para no llevarse ninguna sorpresa desagradable. Santos, en el 49', salió seguro de puños para desviar un córner.

El Deportivo era una roca, no presentaba fisuras, y a la hora de juego, Dela tuvo que salir para evitar un remate de Diego Domínguez. Con la situación controlada, Miguel Reina hizo el 0-2 con un trallazo desde fuera del área tras un pase de Belizón (62'). Los de Checa obtenían la recompensa a su trabajo y abrían brecha en el marcador.

El técnico azulinocomenzó a mover banquillo, refrescó el once con De Rueda y Armengol y Juan Delgado también entró por Diego Domínguez. El Pozoblanco lo seguía intentando, pero no encontraba fisuras, aunque en el 68', Viñolo Payánanuló un gol a Migue Sánchez por un plantillazo a un zaguero xerecista.

El partido entraba en una fase en la que se jugaba a los que el Deportivo quería, que demostraba su saber estar. La desesperación ya hacía mella en un cuadro local que no encontraba la forma de hacer daño.