Dos años de contratiempos e infortunios

El 31 de agosto de 2007, casi expirando el plazo de inscripciones, el Xerez anunciaba el fichaje de Míchel. El delantero madrileño llegaba tras haber ascendido con el Almería y por petición expresa de Miguel Ángel. "Míchel nos dará otras alternativas", decía Rondán el día de su presentación. Y es que en la contratación del robusto ariete mucho tuvo que ver el ahora secretario técnico quien vio en el punta una opción ofensiva diferente pues con él en el campo, su equipo iba a tener más llegada y sobre todo más variedad pues su juego de espaldas a portería posibilitaba más alternativas a la segunda línea. Su temporada había sido para excelente: 34 partidos jugados y 12 goles. Con los azulinos debutó en la tercera jornada, anotó su primer gol ante el Nástic (jor.8) y se estrenó en Carranza, ya con Méndez en el banquillo. Sin embargo, su mejor encuentro no llegó hasta la jornada 12, con Casuco, donde anotó otra diana en la victoria ante el Granada 74. Justo ahí se lesionó y por unas razones u otras nunca alcanzó el mismo nivel. El pasado año, en su segunda campaña en el Xerez, otra inoportuna lesión (rotura del bíceps femoral de su pierna) en pretemporada le hizo estar más de cuatro meses en el dique seco. Esto, unido a la gran campaña del equipo, impidió verle en acción pues sólo disputó tres partidos (96 minutos). Ahora, una vez confirmada su continuidad, el delantero pretende aprovechar su momento. A sus 32 años recién cumplidos regresa a la máxima categoría donde no está desde la 04/05 cuando con el Getafe jugó 20 partidos e hizo 5 goles. Aquella vez amarró la permanencia con el recién ascendido equipo azulón, algo que pretende hacer ahora. Viendo lo que hay, Míchel es un jugador aprovechable, como ha demostrado allá por donde ha militado. Su experiencia, su carácter y su profesionalidad invaden su currículo. Y no sólo eso, su ilusión por corresponder a la afición del Xerez está en juego.