Un ascenso de corazón (1-1)
Lora-Xerez CD
El XCD empata en Lora y vuelve a Tercera tras una campaña de diez en la que sufre hasta el último segundo
Los azulinos, empujados por su afición, nivelan el partido en la recta final
Lora/El Xerez CD es de Tercera. El Deportivo vivió su mañana más mágica y regresó a categoría nacional. Como no podía se de otro modo lo hizo sufriendo hasta el último segundo del último minuto del partido. David Zamora se vistió de superhéroe para salvar a su equipo, primero en el minuto noventa con un despeje de puños providencial y en los instantes finales del descuento con una manopla impresionante arriba para mandar a saque de esquina un trallazo desde la frontal del área de Samu que iba para dentro.
Los corazones de los mil aficionados azulinos dejaron de latir por segundos. Desde que el balón salió de la bota del jugador del Lora hasta que el portero reaccionó con precisión la grada enmudeció. Todo pasó rápido y desde ese momento hasta que el árbitro señaló el final del choque no hubo más sobresaltos, que fueron muchos desde que arrancó el compromiso más importante de la temporada.
Luis Aragonés decía que las finales no se juegan, que las finales sólo se ganan. El XCD la quiso ganar pero el guión no se ajustó a lo previsto y la película que prometía ser una plácida comedia romántica se convirtió en una auténtica trama de terror.
El Lora se adelantó el marcador al inicio del segundo tiempo con un tanto de Isidro que hundió a los xerecistas y sólo el empuje de la afición, que animó y fue capaz de levantar a los suyos como en las grandes tardes de Chapín o el Domecq, dio alas a un equipo a punto de romperse para poner las tablas en el marcador a falta de diez minutos para el final. Los protagonistas tenían que ser los que fueron, dos de los mejores jugadores de la escuarda azulina durante toda la temporada. Pedro Carrión, que se marcó un partido de diez, se inventó una jugada de superior categoría para poner un balón a Juan Benítez que el atacante mandó al fondo de la red de cabeza (79').
Atrás habían quedado minutos de angustia y de tensión. El fútbol era justo con el Deportivo y castigaba la racanería de un equipo que luchó como si le fuera la vida en cada acción y que se encerró atrás de forma descarada tras anotar. Un excelente desplazamiento en largo de Javi Gómez lo controló con el pecho Pedro Carrión para mandarlo al segundo palo, en el que se encontraba Juan Benítez, que anotó con la cabeza...
Sin Narváez, pilar básico para el Deportivo, Vargas tuvo que recomponer el ataque y su equipo dejó claro desde el primer momento que no estaba cómodo sobre un terreno de juego que no ayudaba. El césped artificial no era ninguna maravilla y no permitía a los xerecistas controlar el balón como acostumbran. La tensión, los nervios y las dudas fueron las notas dominantes en un primer tiempo igualado, en el que el Lora intentaba a veces sacar el balón desde atrás ante un XCD bien colocado y buscando las contras para explotar las cualidades de Vega, Benítez, Álvarez y Carrión.
Las ocasiones en una y otra portería debajan abierto el camino a un segundo tiempo en el que los azulinos tenían que jugársela al todo o nada. Tanto Salerm Puente Genil como Ciudad de Lucena estaban haciendo sus deberes y estaban sacando adelante sus respectivos encuentros.
Nada más arrancar el segundo acto, un centro de Fran lo colocó Isidro fuera del alcance de Zamora (49'). Todo se ponía muy oscuro, casi casi negro...
La afición se dio cuenta de lo que podía pasar y comenzó a rugir. A arreones, los xerecistas, ya con Quirós sobre el campo y con una marcha más, no se rendían pero no les salía casi nada en ataque. Pedro Carrión mandó un balón al palo (66') y José Vega cruzó en exceso el rechace.
El tiempo volaba y el gol se resistía. La pegada, una de las virtudes de los de Vargas, no aparecía. En el minuto 78 fue expulsado Isidro y todo cambió. Justo después, apareció la cabeza salvadora de Juan Benítez, tras un gesto téctico impresionante de Pedro Carrión y un desplazamiento largo de Javi Gómez, también de superior categoría (1-1, 79'). Lo más difícil estaba hecho pero aún quedaba lo peor, aguantar diez minutos y el descuento. Ahí apareció el meta Zamora para demostrar su nivel.
El final fue apoteósico. Fue el triunfo del sentimiento. La emoción se derbordó y pocos fueron los que no lloraron. El sueño se convirtió en realidad y el XCD dio una alegría a sus fieles aficionados, especialmente a todos esos que no le han abandonado durante estas tres últimas temporadas. Pero, además, el ascenso es un mensaje directo al corazón para los que ya no están, para los que se han subido al carro a última hora y también para todos aquellos que han cuestionado a unos jugadores que se han dedicado sólo a jugar al fútbol...
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