Un buen día para madurar
Raúl Llorente eleva su nivel en un partido donde algunos de sus compañeros dan una imagen preocupante · Calle hace un gol, pero también falla un penalti
Si en otras ocasiones ha habido que criticar las actuaciones de Raúl Llorente, en el partido de ayer fue de los pocos que se salvó de esa locura colectiva que afectó al equipo desde el inicio y que se evidenció en actuaciones esperpénticas por parte de algunos jugadores y que complicaron mucho las cosas para que los tres puntos se quedaran en casa.
El hecho de no tener un marcaje concreto para el lateral xerecista hizo que pudiera centrarse en ayudar a sus compañeros en las coberturas y lo mismo se le veía con Cristian, que era quien ocupaba en un principio el extremo diestro del Albacete, que estaba ayudando para contener a Tato o a Calle.
El ex delantero azulino jugaba en Chapín por segunda vez en la temporada. Primero lo hizo vistiendo la camiseta del Valladolid en un encuentro donde pasó desapercibido y ahora llegaba defendiendo la del Albacete, donde llegó como refuerzo de lujo para evitar lo inevitable en el mercado invernal. Ayer no pasó para nada inadvertido porque marcó un gol y falló un penalti. Se le van a quitar las ganas de volver a Chapín porque cada vez que lo hace, José Mari le mete tres goles a su equipo.
No empezó bien Raúl Llorente, pero se fue entonando con el paso de los minutos. En el inicio, algunos de esos centros blanditos en los que debe trabajar en los entrenamientos. Pero como quiera que no pasaba apuros para contener a Cristian, se permitía echar una mano a sus compañeros. Al cuarto de hora veía la amarilla por una falta que tenía que hacer en la otra banda en un contragolpe de los visitantes.
Por su perfil deambulaba en el primer tiempo Cristian, un chaval de la cantera del Albacete que ha marcado este año 16 goles con el filial y que está siendo ubicado en el extremo diestro, sin que sea su puesto natural. No pasó el más mínimo apuro Llorente con él, aunque venía avalado por su buena actuación en Vallecas hace dos semanas.
Calle siempre es un incordio para las defensas por su buen uso del cuerpo y porque es un jugador que interpreta bien el juego con sus desmarques. Sin embargo, ahora juega en un equipo donde el funcionamiento colectivo deja bastante que desear y es complicado que pueda destacar su delantero en el plano individual. Más se lució Tato con varias acciones de mérito, aunque casi siempre fue superado por la zaga azulina. Este jugador tuvo que aguantar que David Vidal dijera públicamente aquello de que "Tato puede engañar a la gente, pero no a mí".
Raúl Llorente no está engañando a nadie. Da todo lo que tiene en cada partido y sólo necesita que llegue un entrenador y sepa encauzar su innegable capacidad atlética para convertirlo en un jugador más fiable. En cualquier caso, en el segundo periodo, cuando el equipo perdía la cabeza, el lateral se veía arriba con acciones en las que daba aire al Xerez. Sabía cómo parar el juego, cómo provocar faltas, y no perdía balones absurdos, como hacían buena parte de sus compañeros. Un buen día para madurar, una demostración de que puede mejorar si se lo propone.
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