El duelo de la experiencia

Jugar contra el Recreativo no le debe quitar el sueño a ningún defensa. Y no se trata de una falta de respeto hacia los onubenses, que ayer demostraron ser competitivos, pero no destaca por tener un entramado ofensivo como para poner en apuros a su oponente. De eso se aprovechó Gerard, que ocupó el puesto del sancionado Lombán para cuajar una actuación de lo más aseada.

Y eso que enfrente estaba Dani, el enemigo público número uno del xerecismo desde que mandó callar al personal vistiendo cierta camiseta y después de haber declinado la opción de vestir de azulino. Cada vez que el trianero tocaba el balón recibía lindezas de todo tipo, pero se le veía que lo llevaba con entereza porque no es la primera vez que le toca aguantar el chaparrón.

Sigue siendo un delantero con chispa, insistente en la presión y con una movilidad que incomoda, pero ahora juega en un equipo carente de calidad en la zona donde se corta el bacalao y casi nunca recibe un pase que le deje con ventaja para rematar, aunque ayer tampoco se mostró acertado en las escasas ocasiones en las que se plantó delante de Chema con ciertas garantías.

Enfrente estaba el defensa catalán, que hasta el momento no ha disfrutado de la indiscutibilidad que se esperaba a su llegada. El tiempo de inactividad durante el verano le ha pasado factura y por eso ahora cuando le toca jugar lo hace con pies de plomo. Se le ve que no quiere arriesgar con el balón en los pies y midiendo bien la colocación para no volver a quedarse fuera de la convocatoria, como sucedió en el viaje a Alcorcón.

Ayer no sufrió en exceso. Únicamente se le vio con algunos apuros, como a cualquier central, cuando tuvo que defender con muchos espacios a Aarón en el tramo final, cuando la defensa azulina había dado un paso hacia adelante. Por lo visto, para Javi López es Gerard el tercero en discordia en la pelea por la titularidad, a la que Perone no parece estar invitado.

No sólo peleó ayer contra Dani, sino también con Acuña. El paraguayo es un futbolista potente y que se caracteriza por tener un salto fuera de lo normal, pero ahí el catalán tiró de experiencia e impuso sus galones cada vez que había un balón en disputa aérea. Quizá no está Gerard en su mejor momento porque necesita ritmo para conseguirlo, pero dispone de recursos para plantarse delante de quien haga falta.

El Recreativo no hacía daño dentro del área, pero Dani mandaba un balón al larguero desde la lejanía en el minuto 56. Todavía le quedan destellos del futbolista que llegó a darle una Copa del Rey al Betis con un gol y que firmó el triunfo de los béticos contra el Chelsea en la Champions. Ha llovido desde entonces y ha tenido que pelear con las lesiones y con el infortunio para seguir sintiéndose futbolista. El fútbol es su vida y por eso le suena a gloria que lo pongan verde desde la grada. Incluso lo echará de menos cuando cuelgue las botas.