el poliedro
Tacho Rufino
¡Regale usted inteligencia!
La noche más larga del xerecismo no acabó cuando los futbolistas se marcharon de la Plaza del Arenal sobre las dos de la madrugada: ahí prácticamente comenzó. La afición continuó con la fiesta por todo Jerez y los futbolistas y demás empleados del club se marcharon a cenar al Alcázar, donde compartieron mesa y mantel con Pilar Sánchez, alcaldesa de Jerez, que se sentó en una mesa distinta a la de Joaquín Morales. Y con Esteban se sentó Francisco Garrido, el que puso los dos millones para evitar que el Xerez bajase a Segunda B la pasada campaña.
El dueño del club se sentó junto a Luis Cruz de Sola, mientras que los consejeros se repartieron en distintas mesas con políticos de distintos partidos: estuvieron todos, PP, PSA, IU y, por supuesto, el PSOE.
Casa Juan Carlos Catering se encargó de la cena, que comenzó con aperitivos de pie fríos y calientes, continuó con alcachofas salteadas con crema de boletus y puntillitas al oloroso como entrante, un sorbete especial del Xerez CD, una carrillera de cerdo ibérico lacada al oloroso con crema de calabaza y habitas frescas como principal y un postre cremoso de chocolate blanco con toffe, mango y helado de brandy Gran Reserva, para acabar con un brindis por el ascenso con Pedro Ximenez Xerecista.
Y después de la cena, los futbolistas comenzaron la fiesta. Como es habitual, Brian Sarmiento fue uno de los más activos y buscó el duende de Antoñito para animar el jolgorio. Y cuando se acabó el Alcázar, la mayoría -ya sin políticos- se trasladó a la discoteca Öxi, donde algunos salieron ya a la luz del día, y es que la noche fue interminable, como la cantidad de brindis que se hicieron.
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