El paseo más glorioso de los azulinos
Miles de aficionados acompañaron el autobús del Xerez en una noche de fiesta en la que los jugadores disfrutaron junto a sus seguidores.
Era previsible. El paseo en autobús que comenzó en el mismo Chapín y que concluyó en la Plaza del Arenal resultó una fiesta total, con miles de aficionados aclamando a jugadores y técnicos al paso de la comitiva por las diferentes calles, todas ella atestadas. Los gritos de adiós a Segunda adiós se multiplicaron hasta que acabó la fiesta.
Tampoco faltaron los gritos de recuerdo al eterno rival gaditano, aunque en ninguno de los casos las cosas pasaron a mayores. Mientras, el comportamiento de los jugadores en el autobús fue sencillamente ejemplar, acompañando los gritos de ánimo y reconocimiento a una plantilla que ha hecho historia y que ha conseguido por primera vez en la ya dilatada trayectoria de los azulinos un ascenso a la máxima categoría del fútbol español.
Los lugares claves en las celebraciones de los xerecistas fueron desde poco después de que finalizara el encuentro un hervidero de personas. El Minotauro, la Plaza del Caballo, la Rotonda del Catavino y por supuesto la Plaza del Arenal se convirtieron en auténticos lugares de peregrinación de una multitud de aficionados, que en algunos casos no pudieron evitar las lágrimas de emoción. Sin duda como dato destacable hay que reseñar el comportamiento cívico, salvo contadísimas excepciones, de unos aficionados que demostraron más que nunca que son de Primera. Los jugadores sólo permitieron que se subiesen al autobús los empleados de las oficinas, Joaquín Morales, Monterrubio y Rafa Verdú, que al igual que los principales protagonistas se lo pasaron bomba.
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