La victoria del honor (1-0)
fútbol tercera división
El Xerez CD se crece ante la adversidad y tira de orgullo, casta y fe para superar de forma justa al Salerm Puente Genil
Los azulinos se colocan ahora a cuatro puntos del descenso
Jerez/De diez, de sombrerazo. Los futbolistas del Xerez CD han vuelto a demostrar que la fe mueve montañas y que cuando se tira de honor, orgullo y casta no hay nada imposible sobre un terreno de juego. Los azulinos cortaron su dinámica negativa -acumulaban cuatro derrotas consecutivas- en el regreso a La Juventud, su escenario talismán, y lograron una épica victoria ante el Salerm Puente Genil, un rival con buen trato de balón pero carente de acierto en los metros finales y de la intensidad necesaria como para doblegar a un bloque xerecista que se lo dejó todo sobre el césped. El triunfo le permite tomar oxígeno y mirar a la zona de descenso con más tranquilidad, la que le conceden los cuatro puntos que le saca al Atco. Onubense, que ocupa la primera plaza de la zona de peligro.
Los futbolistas respondieron sobre el terreno de juego y ahora la pelota está en el tejado de los dueños de la entidad, que tienen que cumplir con sus obligaciones, desbloquear los derechos federativos para poder reforzar a una plantilla que se ha quedado corta y pagar las compensaciones a unos jugadores que están demostrando un grado de implicación y compromiso brutal con un club que cariño les da poco. No han levantado la voz desde que comenzaron los problemas y ayer, cansados de estar cansados, quisieron mostrar su malestar sin hacer mucho ruido. Se arrodillaron sobre el césped durante unos segundos ante un rival tremendamente respetuoso. Apenas tocó el balón durante unos instantes que se hicieron eternos en el silencio de la tarde.
Los xerecistas no ofrecieron su mejor versión ni mucho menos pero lo importante era ganar y es lo que hicieron con un once con novedades por las numerosas bajas. Prácticos, muy juntitos, replegados, solidarios, aguantado firmes las acometidas del Salerm, aprovechando el estado de gracia de Juan Benítez, el gran partido de un Alberto que regresó al once después de más de dos meses lesionado y que aguantó los noventa minutos, y la buena actuación de Álex García, que ayer salvó los muebles con un par de intervenciones prodigiosas, casi de portero de balonmano.
Además, el Deportivo tuvo que sobreponerse a las lesiones de José Vega, superada la media hora del primer tiempo, y la de Guille en la segunda. Albino entró por el zurdo y estuvo acertadísimo y Paco Borrego suplió al delantero. En esos momentos, Vicente Vargas y José María Barragán, que se sentó ayer en el banquillo por la sanción del primer entrenador, se vieron obligados a retocar todas las líneas. En el banco sólo quedaban dos juveniles y Zamora, que no pudo jugar tras sentir molestias en el calentamiento. No podía ni sacar de puerta.
El fútbol es caprichoso y cuando todo se presentaba negro para el XCD, el choque arrancó con un Deportivo con ganas, corazón, llegada y la firme intención de comerse a un cuadro pontanés que salió atrás, a verlas venir un poco y tocando el balón demasiado en esa zona en la que de poco vale el 'tiki-taka'.
Al cuarto de hora, un balón al hueco de Guille para Pedro Carrión no lo pudo controlar bien el ariete de Cártama y se le adelantaron bien tanto el portero como un defensa. Luego fue Javi el xerecista que rozó abrir la lata con un lanzamiento de falta desde la frontal del área que atajó abajo Arti muy seguro. A la media hora, el joven centrocampista lo volvió a intentar con otro libre directo pero esta vez su disparo duro se le marchó desviado.
En el minuto 32, Chato tuvo la opción más clara para los xerecistas en el primer acto. Al lateral, con todo a favor, se le escapó el balón por muy poco al intentar controlar y el portero abortó la acción sin excesivas dificultades.
Justo después, el Salerm asustó al Deportivo por primera vez. Salva tuvo una doble oportunidad. Primero mandó el balón al lateral de la red ya con Álex batido (33') y luego no aprovechó el único fallo del meta jerezano en todo el encuentro porque Quirós estuvo rápido y despejó el balón.
El Deportivo sufría y el Salerm controlaba el centro del campo. Todas las segundas jugadas y los rechaces se las llevaban los visitantes y la grada animaba para ganar el descanso con empate. El tanto visitante no llegó de milagro en el minuto 40, cuando Carraña estrelló en el palo un trallazo y luego se topó con la mano salvadora de Álex García tras recoger el rechace.
Apretando, el Puente Genil quería llevarse el choque y abrió el segundo acto con un disparo de Pineda que obligó otra vez a Álex a mostrar sus reflejos.
Y tras el susto, la euforia. Juan Benítez no perdona (53'). El atacante tiene calidad, gol, es listo y eso de ponerse nervioso como que no va con él. Con una tranquilidad pasmosa aprovechó un despiste cordobés y un balón de Carrión para superar a Arti.
La Juventud se vino literalmente abajo para celebrar un gol que significaba mucho para un equipo con unas ganas de vivir y de crecer impresionantes. El héroe del ascenso a Tercera en Lora volvía a parecer como él sólo sabe.
Quedaba un mundo y el tanto había dado alas al Deportivo pero en este equipo nada es fácil, siempre aparece el más difícil todavía. Guille, que estaba ayudando mucho a Carrión arriba, se lesionó. Para solventar ese problema, hasta tres movimientos de jugadores. Paco Borrego salió para colocarse de central junto a Ángel, Israel pasó al centro del campo junto a Alberto y Javi tuvo que adelantar su posición hasta la mediapunta.
El Salerm amagaba pero no pegaba y el XCD mostraba las garras cada vez que podía. Albino, después de una bonita acción personal, mandó el balón por encima del larguero (66'), Pedro Carrión no acertó ante la salida del portero (69') y Álex se lució por partida triple, sacó un centro-chut que se envenenó, le sacó un tiro a bocajarrro a Edu Chía y justo después otro a Bubu.
El sufrimiento era importante y las pérdidas de tiempo y el desgaste también. Todo hacía indicar que el cuadro visitante sería capaz de nivelar el partido en uno de sus arreones. Nada de nada, la casta se impuso. Fue Carrión el azulino que tuvo la sentencia pero el centro de Chato rematado de cabeza por el delantero se marchó alto. Al final, explosión de alegría y un triunfo que vale su peso en oro.
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