¿Preparados para el tranvía?
¿Estamos acostumbrados al tranvía? La Junta asegura que, aunque se den incidentes ocasionales en el tráfico, este nuevo medio de transporte ha encajado ya en La Isla y en Chiclana
Encajar el tranvía en la arteria principal de La Isla ha costado lo suyo. Pero después de tanto tiempo –en el pasado mes de septiembre se cumplieron 14 años del inicio de las obras en la calle Real– la situación parece estar bajo control. Así se asegura desde la Consejería de Fomento, responsable del proyecto, que resta importancia a los ocasionales accidentes que hasta el momento se han producido con las unidades que están en pruebas, todos ellos de carácter leve y todos ellos ocasionados al invadir el vehículo la plataforma tranviaria sin tener preferencia de paso. Eso sí, todos también muy sonados y con una amplia repercusión mediática. Es lo que tiene el tranvía. El último de ellos, en el que se vio implicado un motorista, ocurrió esta misma semana en San Fernando, en la rotonda de La Ardila.
Desde la Junta se avisa: este tipo de incidentes leves son habituales y frecuentes en todas aquellas localidades en las que funcionan tranvías. De hecho, el número de accidentes que se ha registrado en San Fernando y Chiclana –algo más de media docena en los últimos años, en los que las pruebas han tenido ya un carácter permanente entre ambos municipios– es bastante reducido en comparación con los datos que manejan otros municipios. Y la limitada velocidad con la que circula por el casco urbano disminuye los riesgos en caso de colisión.
Así que se da por hecho que seguirá habiendo accidentes de carácter leve motivados, principalmente, por la falta de atención de los conductores. Pero en general –se advierte– el funcionamiento del tranvía en ambos términos municipales no reviste en la actualidad ningún problema para el tráfico y en los últimos años, gracias a las reiteradas pruebas dinámicas que se llevan a cabo a diario, se ha conseguido también concienciar a conductores y peatones, que han aprendido a convivir con este nuevo medio de transporte, que previsiblemente se pondrá en funcionamiento en breve.
"La gente ya se ha acostumbrado al tranvía", se advierte desde Fomento. Un simple vistazo a la calle Real isleña cualquier día de la semana brinda precisamente esa imagen de ciudad en la que conviven ciudadanos disfrutando de las terrazas, peatones paseando tranquilamente y el tranvía circulando en pruebas.
La regulación semafórica en rotondas y cruces transversales y el control que se ejerce desde las cocheras de Pelagatos, donde el tranvía tiene su base operativa, han puesto de manifiesto durante el prolongado periodo de pruebas que el sistema funciona, se defiende desde la Junta. Y las incidencias que se registran –que las hay– son de escasa importancia, por lo que la pronta puesta en funcionamiento del tranvía, se insiste, no va a suponer ningún problema para el tráfico en los municipios de La Isla y Chiclana.
Las primeras pruebas del tranvía en el marco de la Bahía se remontan al año 2014 , aunque fue a partir de 2019 cuando empezaron a hacerse con una periodicidad diaria en ambas localidades. Ese paso continuo de las unidades, además de testar su funcionamiento, ha cumplido otra función: que los ciudadanos se hagan al paso del tranvía. Nadie se extraña ya al verlo pasar a estas alturas del proyecto y después de tantos plazos que se han puesto sobre la mesa.
No obstante, la excesiva demora que acumula el proyecto tiene en gran parte también la culpa de que ese encaje del tranvía de la Bahía no haya sido más llevadero. En San Fernando, la calle Real –que era el principal eje del tráfico rodado– se peatonalizó hace más de una década, pero el tranvía no pasaba. Así que la ciudad empezó a hacer uso sin restricciones de este amplia plataforma viaria, a ocuparla a lo largo y ancho. Y luego, cuando el tranvía desembarcó para iniciar las pruebas con una mayor regularidad, tuvo que desacostumbrarse.
Fue, se reconoce desde la Junta, el momento más complicado. Pero tampoco supuso una tragedia. En general, la adaptación ha sido bastante fluida. Tiempo ha habido, desde luego.
A pesar de todo hay zonas del trazado que resultan más conflictivas que otras. En San Fernando están claras: las dos rotondas que canalizan el tráfico en los principales accesos de la ciudad, La Ardila (Gómez Pablo) y Venta de Vargas. Puntos –advierte la Policía Local isleña– que ya de por sí son complicados para el tráfico rodado y a los que ahora se añade el paso del tranvía regulado por un semáforo que a veces pasa desapercibido por los conductores por falta de atención o porque se dejan llevar por la inercia de la costumbre a la hora de circular por una glorieta.
Aunque se insiste: la inmensa mayoría lo hace bien. La solución, en todo caso, pasa por prestar más atención a la vía. Porque el tranvía es ya una realidad, un elemento más que se ha incorporado a la circulación y con el que hay que convivir.
Otros puntos conflictivos se presenta en las intersecciones que cruzan la calle Real y en las zonas en las que, al estrecharse la calle, se pasa a una vía única, donde hay menos espacio para asegurar esa convivencia pacífica con el tranvía.
Lo que dice la nueva ordenanza de San Fernando: se puede cruzar pero el tranvía tiene preferencia
El Ayuntamiento de San Fernando acaba de iniciar la tramitación de su nueva Ordenanza para una Movilidad Amable y Sostenible, norma que dedica al tranvía una sección entera del capítulo dedicado al transporte urbano y en la que se concreta que –dentro de la plataforma tranviaria, la zona del centro por donde discurren las vías– este medio de transporte "tendrá preferencia de circulación en relación a toda clase de vehículos y sobre las personas que puedan transitar a pie por la misma o por dentro de la línea podotáctil".
Los peatones, añade la ordenanza municipal al referirse especialmente a la convivencia del tranvía en la calle Real, "circularán preferentemente por las zonas exteriores de la plataforma tranviaria, comprendida entre las líneas podo táctiles y las líneas de fachadas de los edificios". No obstante, se matiza que podrán también circular por la zona de la plataforma tranviaria, "dando preferencia y facilidad de paso siempre al tranvía".
"Para circular por la traza tranviaria fuera de las zonas previstas, los peatones deberán cerciorarse de que pueden hacerlo sin riesgo ni entorpecimiento indebido del tranvía", aclara la norma. Es decir, que se puede cruzar por la plataforma pero ha de hacerse respetando la prioridad del tranvía. "La preferencia de paso entre las personas que transitan a pie y el tranvía será del tranvía, salvo en los cruces provistos de semáforos en los que prevalecerán las indicaciones del mismo, sin perjuicio del régimen establecido en la normativa sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial sobre el orden de prioridad entre señales de tráfico", concreta el texto en tramitación.
También se especifica que la velocidad del tranvía no podrá superar en ningún caso los 20 km/h y que "solo podrán acceder a la calle Real los vehículos autorizados a garajes u otras zonas, los oficiales de las distintas administraciones, así como el cruce de los vehículos de sur a norte o viceversa por las calles establecidas".
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