Análisis

Andrés Luis Cañadas

Nuestra Feria, un espectáculo único

Ya lo expresé en aquel fascículo dedicado a nuestro principal festejo; editado en su día por la empresa Cinterco, de mi entrañable amigo; el jerezano Juan Pedro Aladro que tantas cosas buenas hizo para Jerez, haciendo posible valiosas y numerosas iniciativas de la añorada Caja de Ahorros de nuestra ciudad; que nuestra Feria, en ese incomparable marco del Parque González Hontoria, era sin duda un espectáculo único y me atrevería a decir además que insuperable, por numerosas razones, difíciles de encontrar en cualquier otro lugar, pues desde su indiscutible elegancia, a la evidente facilidad de acceso a la mayoría de las casetas; ¡ojo con esto que podemos matar la gallina de los huevos de oro con tantas “reservas”!; la estética cuidada de todas y cada una de ellas; que sus titulares cuidan con esmero; la originalidad del alumbrado que el “real” luce cada año, muy distinto del habitual en festejos similares, la adecuada proporción del recinto donde la Feria se celebra, adecuado a una población del volumen de la nuestra, y desde luego, como referente único, la categoría y señorío del paseo de caballistas y enganches, hacen de nuestra fiesta un espectáculo verdaderamente único, singular e irrepetible, lo que con los años se ha ido consolidando no ya en nuestra propia provincia sino también en Andalucía y en muchos lugares de España, como fácilmente se comprueba con la procedencia de tantas personas que en esos días llegan hasta aquí...

Ya digo, una feria propicia para disfrutarla con los sentidos que, para colmo tiene por escenario un complemento ineludible como es el vino de Jerez; aunque ahora y por eso del cambio climático, muchos se hayan refugiado en esa bebida llamada “rebujito”; que digo yo “que vaya por Dios”…, aunque es necesario aceptar que algunos días la temperatura y especialmente a mediodía, inclina al personal a semejante concesión, aunque también los rigores del astro rey pueden paliarse con una buena cervecita; que para marcas ahora, todo un muestrario.

Feria de Jerez. Feria del Caballo, feliz iniciativa que situó hace ya años a nuestra fiesta en muy destacado lugar de privilegio, por la estampa diferencial que, como ya antes he comentado, le confieren nuestro paseo de caballos y enganches, ante cuya belleza, señorío, belleza y elegancia difícilmente uno puede abstraerse de pararse a contemplarlo, una de las características de nuestra feria que además solo exige tener capacidad para emocionarse y ni siquiera cuesta dinero…

A lo largo de todo el año, desde esa celebración navideña tan exclusiva y original, que de unos años a esta parte ha convertido a Jerez, durante el ultimo mes y medio del año en obligado destino y que, a pesar de que algunos por ahí incluso adulteran el nombre, con inadecuados acentos que enseguida delatan la procedencia ajena a nuestro marco; esa “Zambomba” que es caja registradora a rebosar en bares, restaurantes, hoteles y apartamentos turísticos; a la que enseguida seguirá una época cuaresmal intensa y llena de actividades como pórtico de una soberbia Semana Santa, aún muy desconocida; para concluir, casi en el epílogo de la Primavera, con un espectáculo de luz y sonido, como es nuestra Feria, que por si solo haría feliz al mas cualificado promotor de grandes espectáculos…

Verdad, señor teniente de alcaldesa, don Antonio Real. Pues eso, que usted lo disfrute como el resto de los jerezanos.

Feliz Feria, amigos lectores…

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