La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Sánchez, de Posse a Turrión

El público, preso de la confusión de Sánchez entre Iglesias Posse e Iglesias Turrión, coreó el “sí se puede”

Parece que en su discurso catalán Pedro Sánchez se lio entre los dos Pablo Iglesias, Posse y Turrión, y que, llevado por la desorientación, confundió también la taberna Casa Labra en la que Iglesias Posse fundó el PSOE con la Taberna Garibaldi de Iglesias Turrión y se embarulló con los tiempos históricos, hablando como si estuviera más en los del primero, allá por el último cuarto del XIX y el primero del XX, que en 2024, y más como si fuera un podemita populista que un socialdemócrata.

“Estamos aquí –dijo– para hacer frente a los poderosos y al dinero de los de arriba... Para reivindicar que la política no es el territorio de los poderosos sino el de la gente de a pie. Ellos tendrán su dinero, sus políticos a cargo y sus medios afines, pero nosotros sabemos de qué lado estamos, de los que no pueden, de los que no tienen, de la mayoría social, de los trabajadores y las trabajadoras, frente a los poderosos”.

Enfrentar en 2024 con una grosera generalización a “los de arriba” y “los poderosos” con “los que no pueden, los que no tienen, los trabajadores y las trabajadoras” es tan anacrónico como confuso y embustero. ¿A qué mayoría social se refiere? En julio de 2023 al PP lo votaron 8.160.837 españoles y al PSOE, 7.821.718; y si nos vamos a los populistas, 3.057.000 votaron a Vox y 3.044.996 a Sumar. Le permiten presidir el Gobierno 179 votos –sumando nacionalistas conservadores e independentistas– frente a 171: sólo ocho escaños de diferencia, siete comprados con las concesiones a Puigdemont. Parece que su concepto de mayoría social se riñe con los números de votos y de escaños. Gobierna, legítimamente por supuesto, con lo justito.

Tampoco parece muy democrático declararse presidente, no de todos los españoles, sino sólo de esa inexistente mayoría social y de lo que llama “la gente de a pie” (término más bien impreciso), los que no pueden y los que no tienen “para hacer frente a los poderosos y al dinero de los de arriba”. Un discurso más propio de un populista que de un socialdemócrata que –me voy a la definición clásica– busca mayores niveles de igualdad social dentro del marco de una economía capitalista y un sistema político democrático con el objetivo de reducir los niveles de desigualdad y garantizar el estado de bienestar.

El público, quizás también preso de la confusión de Sánchez entre Iglesias Posse e Iglesias Turrión, coreó el “sí se puede” podemita.

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