Cofradías

Balance de la histórica Semana Santa de 2023

  • El buen tiempo y gran ambiente alrededor de las cofradías ha sido la tónica positiva en los pasados días de la Semana Mayor

Precioso contraluz del palio de la Esperanza de la Yedra Coronada por la plaza de la Encarnación.

Precioso contraluz del palio de la Esperanza de la Yedra Coronada por la plaza de la Encarnación. / Miguel Ángel González (Jerez)

No cabe duda. La Semana Santa ha sido un éxito en casi todas sus aristas. Balance de una edición donde la nómina íntegra de cofradías ha podido salir gracias a las buenas temperaturas y a la ausencia de lluvias. Amenazó con el hacha elevada el siempre molesto viento de levante, pero ni tan siquiera pareció notarse. Levante en calma y candelerías encendidas cuando se apagaba el crepúsculo y la noche se hacía presente. La Semana Santa de los soldaditos de pavías desfilando como si de un regimiento se tratase. Una semana donde coger una mesa en un bar era toda una odisea. Hasta algún altercado se ha producido por llegar una reunión antes a tocar la ansiada mesa. Punto y aparte y destacable es lo bien decorado que estaba el monumento a la Virgen del Rocío en el palquillo de Aladro. Esos pequeños detalles que dan realce a la Semana Mayor.

La cosa arrancaba en Guadalcacín. La cofradía de la Entrega volvía a repetir su itinerario del pasado año y llegaba hasta el templo de San Marcos para hacer estación de penitencia. Todo el Jerez cofrade se volcaba con la hermandad y el ambiente alrededor del misterio fue impresionante en casi todo el recorrido. El andar del paso, increíble. Haciendo cambios mientras no dejaba de comer metros. Se está gestando algo importante en la entidad local.

A partir de ahí, vino el talón de Aquiles que toda bonita historia debe de tener. Este año han sido los horarios. Lo raro ha sido que una cofradía se recogiera a su hora. Grandes atrasos y lo que ello conlleva: parones y nazarenos —siempre los grandes sufridores— con el espíritu del mal recostado en el hombro soplándole al oído aquello de “una y no más…”. La cuestión ha tenido exceso y defecto. Que de todo hay en la viña del Señor. Una hora tarde la Coronación, por poner un ejemplo, mientras que la Mortaja llegaba con cuarenta minutos de adelanto a Capuchinos. El consejo tendrá que tomar buena nota de todo y componer unos horarios ajustados a la realidad. El origen, no se sabe. Pero sí se puede afirmar que no tiene sentido que, por poner un ejemplo, el Martes Santo la primera llegara con cinco minutos de adelanto a la Catedral mientras que la última firmaba con veintiséis de retraso. Si todo ha servido como una prueba, pues avenidos estamos y habrá merecido la pena el esfuerzo. Pero al responsable de los horarios del consejo le pedirán los directores de cofradías que afile bien el lápiz antes de recomponer lo que este año ha sido un poco desastroso.

Otra cuestión que ha parecido pasar casi desapercibida viene de la mano del famoso CECOP. Según el centro de coordinación, por el lado izquierdo de Cristina no está permitido pasar si hay cofradías dentro de la carrera oficial. Cuestiones de seguridad y zonas de escape. Sin embargo, dos fueron las cofradías a las que se les permitió pasar por este lado con procesiones dentro de la carrera oficial. No tomar este sencillo ‘atajo’ obliga a las que lo tienen prohibido a tener que coger Porvera y calle San Juan de Dios para entrar por el carruaje. Una vuelta de veinticinco minutos más de recorrido. Hay que repasar esta cuestión para que todos sean o moros, o cristianos.

Guardia romana

Una de las recuperaciones más esperadas fue la de la hermandad del Transporte que merece capítulo aparte. La guardia romana de Nuestro Padre Jesús del Consuelo fue todo un acierto. Era complicado poner de nuevo en escena a esta particularidad de la hermandad mercedaria. Los antecedentes no eran muy halagüeños y borrar la memoria en determinados asuntos es complicado. Pero la hermandad supo hacerlo y con nota alta. Un aporte distinto, cargado de sentido y, sobre todo, no improvisado sino muy calculado en las formas y en el modo. El resultado final tenía que ser positivo y así lo fue. El Señor estuvo escoltado por esta guardia que, o mucho nos equivocamos, o el año que viene se verá aumentada en efectivos. A la vuelta de unos años, será ya una tradición ver salir a los soldados romanos de los Claustros de Santo Domingo camino de la casa del capitán para iniciar las labores de escolta al Señor. Enhorabuena a la hermandad.

En cuanto a la estética, las cofradías han brillado a un gran nivel. Exornos naturalistas —tan cotidianos en la actualidad— y muchas rosas blancas junto con orquídeas. Las imágenes muy bien vestidas en términos generales y las cuadrillas andando con buen son en un porcentaje alto. Capítulo aparte fue la falta de fuerza en la cuadrilla del Patrocinio que a punto estuvo de quedarse en la Catedral y la cuadrilla profesional de la Esperanza que salvó con ruedas la puerta de San Francisco. Eliminado el supuesto problema de la salida y la entrada con la ‘innovación’ de las ruedas, cualquier cuadrilla se apuntaría ahora a sacar a la Esperanza sin tener que pagar por ello, hombres de negro incluidos. 

Sábado Santo

Por último, el gran estreno de la Semana Santa de 2023. El Sábado Santo. Un éxito sin lugar a dudas. Si en alguna ocasión pensamos que era una incógnita si los abonados estarían en los palcos, la gente en la calle, las ganas de cofradías intactas tras días de procesiones o si la puesta en escena de la misma jornada sería la idónea. Hay que reconocer que errábamos en este sentido. Otra cosa será la liturgia. Pero no cabe duda de que se ha desempolvado una jornada en la que la ciudad está dispuesta a volcarse. Si hubo un momento cumbre de la jornada fue en la recogida de la Virgen de la Piedad que parecía como si nos hubiéramos metido en el túnel del tiempo y hubiéramos retrocedido cincuenta años como mínimo. Mucha gente por la calle Taxdirt en una recogida apoteósica y donde no faltaron esas saetas gitanas brotadas de las gargantas más puras de la ciudad. Fue un momento inédito en el que la cofradía y la ciudad se reencontraban. Quienes tuvimos la suerte de estar allí para seguir a la Virgen hasta el final, nos quedamos con la letra de una saeta que no puede nacer más que del arte y de la gitanería más auténtica de ese barrio de bronce. “Eres más bella que la nieve de un barranco, ‘omaíta’ mía de la ‘Piadá’. Lo mismo se podría decir de la Semana Santa de Jerez. Y el que pueda ahora, que empate.

El Triunfo de la Cruz sobre la Muerte en el paso de 'La Chacha'. El Triunfo de la Cruz sobre la Muerte en el paso de 'La Chacha'.

El Triunfo de la Cruz sobre la Muerte en el paso de 'La Chacha'. / Manuel Aranda (Jerez)

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