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Hammarskjöld. Lucha por la paz | Crítica

El diplomático poeta

Una imagen del filme sueco dirigido por Per Fly.

Una imagen del filme sueco dirigido por Per Fly.

Tal vez sólo los más viejos del lugar o los espectadores versados en Historia y política internacional del siglo XX recuerden hoy al diplomático sueco Dag Hammarskjöld, segundo Secretario General de las Naciones Unidas durante un periodo de 8 años (1953-1961) que se cerró abruptamente con su muerte en un accidente de avión durante un viaje pacificador al Congo que poco tiempo después se reveló como un ataque intencionado detrás del que estaban, entre otras, algunas de las principales potencias de Occidente, entre ellas Estados Unidos, el Reino Unido o la Bélgica poscolonial.

Hace cuatro años, un documental de investigación de Mads Brügger revelaba nuevas informaciones y datos sobre aquel acto terrorista, su trasfondo y sus responsables, y ahora este largo de ficción sueco de Per Fly (La herencia, Doble traición, Borgen) reconstruye en clave de thriller geopolítico y retrato personal los avatares de aquellos días en plena Guerra Fría en los que Hammarskjöld, interpretado con solidez por Mikael Persbrandt, lidió prácticamente sólo ante el peligro contra todas las fuerzas opuestas a su política de descolonización plena de África que ya venía desarrollando desde sus primeros días en el cargo.

El filme añade al perfil político una faceta poco conocida del personaje, su posible condición homosexual escondida, como estrategia dramática que redobla junto a sus inquietudes poéticas y filosóficas el retrato íntimo de un hombre con profundos valores morales, plenamente consciente de la encrucijada en la que estaba y aun así perseverante con sus planes en nombre de la justicia y los Derechos Humanos.

La cinta de Fly transita por los modos del thriller y la aproximación psicológica y lo hace con cierto ritmo pero también con la inevitable simplificación de la complejidad que debió rodear su labor y los manejos que llevaron a su muerte: buena factura y diseño de producción, músicas efectivas y un recorrido premonitorio hacia la tragedia entendida como catarsis y ejemplo para el presente. De hecho, no parece causalidad que la cinta se estrene entre nosotros justo cuando el conflicto palestino-israelí vuelve a estar en plena escalada ante la flagrante incapacidad de intervención real de Naciones Unidas más allá de los discursos y las declaraciones oficiales al viento de António Guterres.